Jueves por la tarde

Jueves por la tarde, despues del colegio. Ya llegaba a casa. Mi madre. Cielo despejado. Una calle.Y de repente, alguien me salto por detrás, forcejeando, gritos silenciosos, ganas de correr, llorar, golpear… Me metieron en una fuboneta blindada con un gran portazo, ruidos de cerrojos, y después el retumbar del motor. Me encontraba dentro de un agujero blanco, todo blanco, ni una ventanita para poder ver a mi agresor, solo paredes y blanco. Abrí la mochila y cogí el móvil. Sin cobertura.  Me quede sentada allí, con un inmenso caos por dentro, lagrimas que se derramaban, manos que temblaban. Empece a buscar algo ahí dentro que me ayudase a hacer algo, nose el que, una simple chica de trece años no se piensa que le pueda pasar esto algún dia de su vida. En todo esa blancura pude ver una forma metalizada, algo desfigurada gracias al juego de formas que me hacían ver las lagrimas agolpadas en mis ojos, me acerque, intentando quitarme todas la lagrimas, esfuerzo en vano, pues no cesaban de caer. La cogí entre mis manos, era una caja de lo que parecía ser acero, no tenia cerradura. La abrí, dentro había un aiphon de lo mas nuevecito, lo cogi y de repente recibió un mensaje:


Ya no puedes volver, de lo contrario sufrirán, 

Inmediatamente se me vino la imagen de mi familia, no,no,no, no puede ser posible. Otro mensaje:

Bébetelo todo, te estare vigilando,
El Corsario
P.D: estaremos en contacto por este medio, buen viaje

Espere otro mensaje para ver que tenia que hacer, alguna otra explicación , nada. Probe mirar en la caja en busca de otra nota, pero lo que encontré fue un botecito, que había pasado inadvertido antes , “bébetelo” , abri el tapón, y me lo meti en la boca, tenia un sabor amargo, pero todavía no había verificado lo que era, cuando vi un gran resplandor blanco y luego una gran oscuridad. Desperté en una habitación totalmente oscura, junto a mi estaba mi mochila, busque mi móvil pero había desaparecido, note un bulto en mi bolsillo, el aiphone. Mis ojos se fueron acostumbrando a la oscuridad, y cuando ya no tenia porque entornar los ojos para ver, identifique otras figuras humanas. Eran chicas de entre 13 y18 años según sus alturas. todas arrinconadas unas junto a otras, todas mirándome. Inmediatamente se abrió la puerta y apareción un hombre alto con una mascara roja y negra en la cara. La habitación quedo totalmente iluminada gracias al haz de luz que entrtba desde el exterior. Me fijé otro vez en esas chicas asombradas minutos antes por mi aparición, pero ahora algo había cambiado. En vez de esa mueca de asombro en sus caras, ahora asomaba el puro rostro del miedo, el mismo perfil del espanto. Cicatrices, heridas, rasguños, moratones eran lo que adornaban sus palidos cuerpos. Cogi sin pensarlo dos veces la mochila y segui a aquel hombre, mi mente no paraba de repetir esa imagen, donde estarán sus familias, que les habran hecho allí. Me guiaron por un inmenso pasillo, sin ninguna ventana, era evidente que se tomaban demasiadas molestias en que no supiéramos donde estábamos. Llegamos a un salón con grandes sillones tapizados y en medio una enorme mesa de cristal, con una carpeta con las iniciales: EC, grabadas en negro y alrededor un escudo color carmin. Mi enorme acompañante se quedo afura y me indicó que entrara.
Me sente en un sofá aguamarina, y espere. Un mensaje.

Tu familia cree  que estas en una excursión del colegio, llamaras a tu madre y le diras que te lo estas pasando estupendamente, en la carpeta tienes todos los datos referentes a la excursión.
El Corsario

Me acerque poco a poco a la carpeta, la cogi y la abri. Estaba todo, nombre de profesores, alumnos, colegio, sitio en el que se suponía que estábamos alojados… empece a ojear las hojas, una a una, estaba toda la información suficiente para creer, hasta yo misma, que podría haberme ido de excursión. Cerca de la mesa había un teléfono, empecé a teclear.
-¿Hola? Digame
-Mama…- se me cortó la voz al oirla, me la imagine haciendo un bizcocho de chocolate, mientras me preguntaba la lección de ciencias, un poco irritada pero siempre con una sonrisa de oreja a oreja para que no nos desanimaramos. Mama yudame.
-¡Cariño! ¡ Que alegría oírte! ¡ Que suerte esta excursión sorpresa ehh!
Suerte, suerte, eso es lo que necesitaba para salir de esa.
-Si mama mucho
-Ya me a contado tu profe todo.
Imposible. Pero como … mire a todos lados en busca de alguna cámara o algo parecido, nada, pero no me podía arriesgar.
-Si esto es muy chulo, me lo estoy pasando… esto… estupendamente
-Me alegro, pero no oigo nada a tu alrededor¿ Donde estas ahora mismo?
Sabia que no se lo iba a tragar todo, se necesitaba algo mas para engañarla.
-Estoy en mi cuarto, ahora es la hora de ducharse.
-Bueno entonces no te molesto mas..
-¡ NO! No pasa nada puedo esperar un poco.
Un mensaje.
Cuelga ya

-Bueno cariño, como quieras
Se me empezaron a acumulas de nuevo tantas lagrimas como antes y nose ni siquiera como pude pronuncir las palabras
-Me están llamando… adiós tequiero
-Yo también amor pasalo bien.
nadie  detrás del teléfono, me habían cortado la línea, pasalo bien, me sonaba ironico.
Me quedé de nuevo en el sofá, obsevando el teléfono, porfavor mama, llamame porque estas preocupada, llamame porque quieres que vuelva a casa pero llamame.
Volvio a entrar el mismo hombre que me había tarido hasta allí.Cogio mi mochila y dijo:
-Venga, vamos, te llebare a tu habitación.
Sin nada que decir, le segui. Al cabo de un rato nos tropezamos con un grupo de hombre, 5, con sonrisas picaras, se dirigían a la habitación delas chicas.No me dio tiempo a mirarles bien, cuando mi guía cambio repentinamente de dirección y nos internamos en una red de pasillos, largos y anchos. Oi gritos retumbando en la dirección opuesta, solo son unas chicas, ¿Por qué? Me repetía constantemente. Me pareció ver unas cuantas veces como aquel hombre se guiraba para verme rostro, pero nada, cuando levantaba la cabea él seguía mirando hacia delante. Llebamos a un pasillos lo suficientemente ancho, como para caber en fila india 10 hombres, había una doble puerta en frente de nosotros, entramos. Era un salón estilo antiguo, y en la zona este había un puerta lacada en roble. Me guió hasta allí. Entramos, era bastante bonita, todo balnco y celeste, con alugos detalles en madera de halla. Me guire, todavía estaba allí. Habia soltado la mochila en la cama y me miraba fijamente:
-Las apariencias engañan, deberas ser mas lista para salir de aquí.
-Perdon…
-Las apariencias…-Estaba repitiendo otra vez la frase, la misma frase, cuando entraron dos hombres de la misma altura y con la misma mascara en la cara. El primero con una cicatriz que le cruzaba todo el cuello. Le sujetaron por los brazos, este intento forcejear, en vano,se lo llebvaron igual que como vinieron. “Las apariencias engañan, deberas ser mas lista para salir de aquí”. Me acostre en la cama, le frase se me repetía en mi cabeza, una y otra vez y cuando terminaba, vuelta a empezar.
No podía dormir, y si intentaba huir, no, me cogerían. Me levante y me sente en la cama. Ningun mensge, tampoco podía mandar yo ningún mensaje.
Los únicos muebles que había en la habitación eran un escritorio de madara, una librerían con solo dos libros y un cuadro. Miré el cuadro. Que curioso, en una esquina estaba grabado el mismo escudo que el del cuaderno. Me acerqué y lo descolgé. Si, el mismo escudo. Era bonito, un hombre sentado en una silla,con papeles en la mesa y un retrato de lo que parecía su familia. Iba a colocarlo de nuevo, pero se me calló. Los cristales se partieron en el momento justo de tocar el suelo y la lámina del cuadro salió disparada. En el marco, habían guardado con mucho esmero una carta y un expediente. Esta vez en el expediente no estaba el mismo símbolo grabado. No había símbolo. La carta era amarillenta, seguramente por el tiempo escondida allí. Me acerque al escritorio y con el cortaplumas la abrí.

Si has encontrado esto, es que me temo que ya a pasado.
Felip no es un tipo de confianza, y me e dado cuenta tarde. Mi pequeña, siento mucho haberte puesto en este problema, pero probablemente yo no pueda ayudarte. Quiero que guardes el expediente con todos mis progresos, y que pase lo que pase no se lo des a nadie, es de vital importancia. Cuando me interne en el proyecto SZ48, no pensé lo que era en realidad. Era y es, desgraciadamente, una convención que se dedicaba al trafico de persona, principalmente adolescentes, pero estaba claro que de esto no se nos informo. Entraron cinco personas junto a mi, no para  e trabajo del trafico, sino para lo que escondia. Todo eso era una tapadera. Nos dedicamos a hacer pruebas químicas moleculares. Mis compañeros fueron poco a poco desapareciendo con sus erróneos progresos, pero a los que iban bien encaminados no se los volvia a mencionar. Intente dejarlo, por vosotras, por mis niñas, pero os puse en peligro. No me fui de casa para haceros daño, sino mas bien por lo contrario.

Papá…, desde los 5 añitos no he vuelto a saber mas de el. El mismo que nos habandono a nuestra suerte, el mismo que se avergonzaba de su vida, y ahora me encuentro que lo hizo por mi bien. Toda una vida intentando odiarlo pera nada.
Guarde la carta, junto al expediente en uno de los libros, colgué el cuadro de nuevo y me meti en la cama. Papa…
Estuve casi toda la noche, leyendo, descifrando, resolviendo esos acertijos de números, esos tachones en la formulas científicas, hasta que caí rendida.
Ala mañana siguiente desperté en una habitación totalmente diferente. Habia, maquinas y computadoras por todos lados. Yo misma estsba enchufada a una de esas maquinas de la que salian todo tipo de imágenes, algunas las diferencie: el último examen que había tenido, las caras de terros de aquellas chicas, el rostro de mi madre, otras apenas sabia diferenciar de que año fueron, cuando aprendi a montar en bici, mi primer cumple, cuando entre en el colegio, en todos ellas estaba mi madre y un hombre junto a nosotras, abrazado, besándome, dándome la mano… mi padre. Al final de todo ese desfile de recuerdos, apareció el ultimo, el expediente abierto y las paginas pasándose de par en par. La computadora se paro ahí. No había nadie, pero alguien la manejaba.
En cima de una mesa de metal había un cinturón con el mismo escudo que el cuadro. Tenia colgado un manojo de llaves y al lado una pistola. Me quité todos esos tubos y cabres que me rodeaban la cabeza y el cuerpo, me puse en pie, y me acerque a la mesa. Ni siquiera podía tocarla, no había visto una de esas en mi vida, quitando las típicas pelis policiacas, y ahora pretendía cogerla. Oí pasos a lo lejos, y mi cuerpo se movio solo, cogí la pistola, la escondi en el bolsillo trasero, el menos visible, me tumbe de nuevo en la cama y me puse a colocarme todo esos cable. No me dio tiempo a terminar, cuando un hombre con bata blanca resguardado por dos hobretones con mascaras entro en la habitación. Ni siquiera se molesto en  mirarme, fue examinando los aparatos y la imagen obtenida, hizo una mueca de satisfacción e hizo un gesto a sus guardaespardas. Se me acercó uno de los dos, el otro cogió mi maleta, me quito todos los cables, con no precisamente mucha delicadeza, y me cogió. Me hizo una señal para que les siguiera y me guiaron al mismo salón en donde me encontré la carpetita con el escudo. Me hicieron entrar y ellos se quedaron fuera, como siempre. Un mensaje.
Sabia que me llevarías hasta él
Buen trabajo

De rrepente la furia me inundo, ese tipo me había utilizado y ahora mismo estaba en alguna parte de ese edificio riéndose de mi. Ya estaba harta, se acabó. Otro mensaje

Ahora iras a recoger el informe, quiero que seas una buena chica
El Corsario

No, hoy no me tocaba ser buena chica. Tire el móvil de pura rabia, se partió en dos.
Fui a la puerta y con un candelabro que encomntre en el camino, la atranque para que nadie evitara lo inevitable. Habia un chimenea encendida en el rincón de la sala, perfecto, lo único que faltaba. Empece a chillar.
-¡Eh, tu! Te crees muy listo, pues ya no te aguanto mas, se que me estas viendo por alguna parte, siempre me as estado viendo ¿verda?, siempre me as estado vigilando, porque sabias que si mi padre te fallaba podrías tirar del as, pero la baraja se te acabó. -Ruidos en la puerta de golpes, voces-Te creías que de verdad era tan tonta, te creías que no era capaz, te aseguro que te equivocabas.
Corri hacia el teléfono, empece a marcar.
-Hola…
Me salio todo del tiron, no tenia tiempo de respirar, todo estaba milimetrado, ya no quedaba nada
-Mama no estoy en una excursión, me han secuestrado, he encontrado a papa, mama, lo he encontrado, no nos abandono, nos queria, voy a ser fuerte como me as enseñado, estaras orgullosa de mi, adiós tequeré siempre.
Colgue, no le di tiempo ni de preguntarme cualquier tontería que dicen las madres cuando están asustadas ¿Donde estas? ¿Te encuentras bien?, estupideces. Más voces se amontonaban en la puerta. Cogi la mochila, fui a la chimenea, faltaba poco, saque todo los papeles, faltaba poco.
-Esto es lo que quieres no es así,l siento pero no estoy dispuesta a que hagas lo que quiera a tus anchas.
Fui tirando los papeles poco a poco, para su mayor sufrimiento, en eso me lo podía permitir. Ya se estaban quemando todos a la vez, de la mitad solo se veian sus cenizas. Se acabó.
Me levante. En mi mano temblorosa, apareció la pistola.
-Se te acabo el juego, lo próximo que veras será la carcel.
Se abrió la puerta y apareció el tipo que debería ser Filip, reguardado con un monton de hombres, corria hacia mi. Le dedique una sonrisa de satisfacción y mi mano respondió sola a su mueca de espanto. Un ruido que nunca imaginé escuchar.
Muchas personas a mi alrededor que se fueron convirtiendo en sombras.
Gritos de desesperacio.
Y después la nada.
Sabia desde el principio que no volveria a ver mi casa, pero no imagine que acabaría así, tirada en un salón lleno de gente corriendo de un lado a otro, alrededor de un cuerpo ensangrentado con una pistola en la mano y un ultimo deseo en los labios,
Que todo acabase pronto

1 comentario:

  1. dejar vuestro comentari, con lo que opineis o con alguna otra sugerencia, gracias :)

    ResponderEliminar